11.7.13

Insomnio

Cuando me invade el insomnio como en este preciso momento el mundo del internet sustiye el espacio que debería estar ocupado por mis sueños. Me divierte, me entretiene y lo puedo controlar, tal y como pasa con mis sueños. A pesar de los pros, no hay nada como dormir, soñar y descansar después de cerrar los ojos y relajar la mente. Quiero dormir ya!

8.7.13

Hoy lloré

Hace unas horas me encontré una carpeta llena de documentos sobre cosas que escribí hace unos años. No fue un grato hallazgo pues básicamente todo lo escrito en esos documentos gira en torno a la depresión que viví en la época que los escribí. Tampoco el hallazgo me atrevo a describirlo como una tragedia pues realmente me generó gusto el haberme encontrado con ellos. Después de ponerme tan feliz por haberlos encontrados comencé a leerlos uno a uno con gran detenimiento. Cuando terminé de leerlos mis mejillas estaban húmedas y mis ojos seguían llorosos, me despertaron sentimientos dolientes y me trajeron malos recuerdos, me hicieron recordar las épocas más horribles de mi vida. Lloré por la tristeza del recuerdo y después seguí llorando por el júbilo que me hace sentir que eso sea mi pasado y ya no mi presente. Y ahora que ya no estoy llorando sonrío mientras escribo esto, mientras escucho el canto de los pajaritos afuera de mi ventana, mientras recuerdo que ahora disfruto cada detalle y que me siento llena de dicha por seguir viva, por ignorar mi mente suicida y por existir. Mi existencia es lo que me da más gusto de todo, ella es el mejor reflejo del triunfo de haber salido del mundo deprimente en el que estaba inmersa.

5.7.13

D.F.

Cafecito

Desde hace diez días estoy viviendo en el D.F. y por extraño que pueda parecer aun no extraño mi casa, todavía no me invaden ganas de volver a las comodidades de mi hogar. Tal vez sea porqué sé que estaré poco tiempo aquí, tiempo insuficiente para comenzar a extrañar.

Estoy en una ciudad lejana y gigantesca, donde ciertas costumbres son muy diferentes de las mías. Una de ellas, la que más me ha costado asimilar es la excesiva afectuosidad de los lugareños. En el transcurso del día recibo tantos saludos de beso acompañados de abrazos y sonrisas que a veces siento como si fuera mi cumpleaños y todos hicieran eso para felicitarme. Desconozco si lo hacen con legítimo afecto y cariño o por mera cordialidad, sospecho que es la segunda razón. Sea como sea esto en particular me ha puesto en una situación difícil pues si no soy muy afectuosa o cariñosa con los que quiero, está de más decir que mucho menos lo soy  con desconocidos o personas que me son indiferentes. Aquí he tenido que fingir extrema simpatía y sonrisas. ¿Será que en mis tierras somos muy secos e inexpresivo o que aquí son todo lo contrario pero sobremanera?

 No me molesta el cariño, lo que me molestan son los excesos. Así como la cursilería en el enamoramiento, estos efusivos saludos y afectos me cansan. No es nada grave, sólo es cuestión de acostumbrarme.

Estoy muy feliz acá. Me encanta. 



En el paro

Que se desdibuje de la pantalla el trazo tan temido, que el masaje agotador lo reactive, que le lleguen los gases que necesita, que las drog...