17.6.09

Nada.


Los rayos chocan contra mis soñadores ojos. Asustados éstos se abren lentamente, como si estuviesen floreciendo. El sol a su vez, saluda con esa brisa de esperanza con la que humedece cada mañana. Comienza el día y también comienza a disiparse la utopía del mundo perfecto. La humedad que en la mañana me había bañado se evapora por la tarde, se volatiza como la botella de perfume que se deja sin cerrar. Se asoman las estrellas y la luna vence al sol, mis palomas cesan su vuelo. Y al cerrar los ojos de nuevo, los sueños renacen, lo temible aparece.

1 comentario:

miguel chio dijo...

¿Por dónde saldrá el sol?

En el paro

Que se desdibuje de la pantalla el trazo tan temido, que el masaje agotador lo reactive, que le lleguen los gases que necesita, que las drog...