22.10.08

Incomprensión


Las ondas son increíblemente pesadas; duelen de tanto sentir que hacen temblar en mí. Son preciosas, resplandecientes, tan iguales a los rayos que se escabullen entre las telas cada rubia mañana . ¿Y qué decir de esas grisáceas uñas desgarradoras de cuerdas? Aquellas que envuelven mi materia con su manto de campo. PERFECTAS!

Mientras el aparato de mi existir funcione, os garantizo que el precursor de mis olvidos asistirá a mis días, mis minutos y mis respirares.

Siento los latidos, me ahogan las monedas y me asustan los gritos estridentes que son tan comunes por éstos días. Todo lo pasado se aleja suavemente de mi mapa y regresa de la misma forma. Ay! pero que amorfo es.

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